El Estado mexicano subestimó la pandemia: Antonio Lazcano

“Un mal manejo de la pandemia llevó a la muerte de 297 mil 149 personas, la Ciudad de México “fue una de las zonas de mayor mortalidad, donde se replicaron los errores de nivel federal, aunque ahora la propaganda política diga lo contrario”, el biólogo e investigador del Colegio de México, Antonio Lazcano, señaló que “el Estado mexicano subestimó el riesgo que el virus representaba”.

A horas de que la Comisión Independiente de la Investigación sobre la Pandemia en México, presentara el informe “Aprender para no repetir”, a casi un año de la declaración del fin de la pandemia por el SARS-CoV-2, el investigador compartió en el espacio de “Así las Cosas” con Gabriela Warkentin y Javier Risco, el estudio que analizó errores y presenta las precauciones a tomar como previsión a futuro.

La Comisión Independiente de la Investigación sobre la Pandemia, tuvo origen con la convocatoria del epidemiólogo Jaime Sepúlveda por la necesidad de una evaluación de la pandemia, dijo.

Lazcano reconoció que “el Estado mexicano subestimó el riesgo que el virus representaba y lamentó la centralización de las decisiones “al grado de que era el Presidente decía en qué municipios se debía vacunar o no, lo que llevó a la exclusión a instancias como El Consejo Nacional de Salud Pública, la Academia Mexicana de Medicina y la Academia Mexicana de la Ciencia”.

Señaló que “hubo una actitud muy veleidosa, de parte de los gobernantes porque muchas decisiones obedecían a presiones publicitarias… cuando la pandemia estaba creciendo el presidente salió con su chiste de mal gusto, invocando a las estampitas religiosas”, cuando la mortalidad de personal de salud alcanzó los 4400 miembros.

Resaltó que “en los municipios más pobres es donde hubo el mayor número de defunciones, salud sigue siendo un privilegio de clase”.

Sobre el exsubsecretario de Salud, Hugo López-Gatell dijo “no me preocupa… el doctor López-Gatell nunca tuvo una autoridad académica considerable la que pudo haber adquirido evidentemente la desperdició esos ejercicios de vanidad que eran sus apariciones públicas… perdió toda autoridad moral”.